5 de diciembre de 2008

MUERTE



La definición de muerte es algo que nadie conoce a ciencia cierta, su significado varía según el pueblo y la cultura, pero lo que sí podemos decir es que es algo delicado y complejo, y a la vez absolutamente simple ya que es el dejar el mundo material, lo físico, lo tangible, lo visual. “La muerte es en esencia la extinción del proceso homeostático, por ende el fin de la vida”


The Dance of Death by



Muerte Biológica. Considera la muerte como un cese de las funciones corporales. El protocolo utilizado para el diagnóstico de la muerte debe ser aplicado por especialistas en ciencias neurológicas, hablándose entonces de "muerte cerebral" o "muerte encefálica". En el pasado, algunos consideraban que era suficiente con el cese de actividad eléctrica en la corteza cerebral (lo que implica el fin de la conciencia) para determinar la muerte encefálica, es decir, el cese definitivo de la conciencia equivaldría a estar muerto, pero hoy se considera, en casi todo el mundo, difunta a una persona (aún si permanece con actividad cardiaca y ventilatoria gracias al soporte artificial en una unidad de cuidados intensivos), tras el cese irreversible de la actividad vital de todo el cerebro incluido el tallo cerebral.
EEG Electroencefalograma


Muerte Social. En torno a la muerte giran todas las culturas y organizaciones sociales humanas. Así, su concepción de la muerte como fin o como tránsito y su creencia en una vida después de la muerte, actúan como condicionantes de la conducta de los individuos en un sentido u otro. La idea de inmortalidad y la creencia en el más allá aparecen de una forma u otra en prácticamente todas las sociedades y momentos históricos. Asimismo se relaciona con los rituales funerarios y de duelo, y a las disposiciones legales con respecto a la herencia de poder y riqueza.

Muerte Psicológica. Incluye los sentimientos de las personas acerca de su propio deceso cuando están próximos a este y la muerte de quienes están cerca, es importante la aceptación de la muerte como parte inherente a la existencia humana. Vivir la muerte de un ser querido es unas de las etapas más traumáticas, dolorosos y difíciles de superar, especialmente la de un hijo, ya que la mayoría de los padres tiene contemplado morir antes que sus ellos, según un ciclo cronológico.


EL DESEO Y LA CAPACIDAD DE MORIR


Algunas personas, en momentos determinados de su vida, experimentan el sentimiento autodestructivo de terminar su existencia. El acto para conseguirlo es lo que llamamos suicidio. Lo contrario, es el deseo de vivir pero no contraria al Instinto de supervivencia que nos indica el esquivar la muerte ya que por ejemplo suicidas que saltan al vacio intentan agarrarse a algo para no morir, eso es el instinto de supervivencia.



Leonardo Alenza (1807-1845),
Los Románticos o Suicida.




RELATO - "EL GESTO DE LA MUERTE, DE JEAN COCTEAU"


Un joven jardinero persa dice a su príncipe:

-¡Sálvame! Encontré a la Muerte esta mañana. Me hizo un gesto de amenaza. Esta noche, por milagro, quisiera estar en Ispahan.

El bondadoso príncipe le presta sus caballos. Por la tarde, el príncipe encuentra a la Muerte y le pregunta:

-Esta mañana ¿por qué hiciste a nuestro jardinero un gesto de amenaza?

-No fue un gesto de amenaza -le responde- sino un gesto de sorpresa. Pues lo veía lejos de Ispahan esta mañana y debo tomarlo esta noche en Ispahan.



ENFRENTAMIENTO DE LA MUERTE CICLO-VITAL



El Triunfo de la MuertePintura de Pieter Brueghel l'ancien (1562).


Se describen distintas características y actitudes hacia el morir y la muerte a través del ciclo vital.



En el niño: Los conceptos de irreversibilidad, terminación de funciones y de universalidad de la muerte suelen desarrollarse en el momento en que los niños pasan de la etapa preoperacional a la de pensamiento de operaciones concretas. Los niños en la etapa preoperatoria no suelen entender la muerte, porque está más allá de su experiencia personal. Tiene un pensamiento egocéntrico. Pueden creer que alguien con suerte puede evitar la muerte y que ellos mismos podrán vivir para siempre. Pueden creer que una persona muerta piensa y siente.


Con relación a la actitud hacia la muerte, los niños en general, expresan su aflicción con ira, indiferencia o rehusándose a reconocer la muerte. Se les puede ayudar en su comprensión si se les presenta el concepto desde una edad temprana, en el contexto de su propia experiencia y se les da la oportunidad de hablar acerca de los aspectos que rodean la muerte.


En el adolescente: Los adolescentes tienden a presentar ideas muy románticas acerca de la muerte. Están interesados en el cómo vivirán y no cuanto vivirán. Muchos aún piensan en forma egocéntrica y se hallan en un mito personal. Piensan que pueden tomar cualquier riesgo sin exponerse al peligro. No existe ninguna forma en la cual la muerte o el dolor que ella causa hagan que los adolescentes actúen. Su manera de manejar la situación es fruto de su propia personalidad.


En cuanto a la pérdida de un ser querido, no se siente capaz de sobrevivir a su propio dolor y además se les exige que sostengan a otros. Este tipo de conflictos puede tener como resultado que el adolescente renuncie a vivir su propio duelo (duelo aplazado o congelado. El adolescente puede sentir mucha rabia, miedo, impotencia... y preguntarse por qué y para qué vivir. La adolescencia suele ser ya una etapa difícil. El adolescente tiene que hacer frente a la pérdida de un ser querido, al mismo tiempo que hace frente a todos los cambios, dificultades y conflictos propios de su edad. Aunque exteriormente parezca ya un adulto, el desarrollo del cuerpo no va siempre a la par con la madurez afectiva. Es por eso que necesita todavía mucho apoyo afectivo para emprender el doloroso y difícil proceso de duelo.


En la Edad Adulta Temprana: El adulto joven tiene mayor probabilidad de sentir la muerte con mayor intensidad emocional que en otra etapa de la vida. Suelen sentirse frustrados frente a la muerte de un ser querido, ya que no le permite proyectarse con el futuro. Su frustración se transforma en rabia, lo cual dificulta el proceso de ayuda.



En la edad Adulta Intermedia: En esta etapa el adulto tienen más conciencia de la muerte, con el fallecimiento de sus padres constituyen la generación mayor. La percepción del tiempo es diferente y es posible que generen cambios positivos en su proyecto de vida, producto de la resolución exitosa de la crisis de la mitad de la vida.


En la edad Adulta Tardía: El duelo en el anciano es similar al del niño, debido a que en la senectud se produce una vuelta a la dependencia. Esto produce una disminución de la capacidad para el duelo. La dependencia que presenta el anciano lo lleva a desarrollar conductas no patológicas y adaptativas a la pérdida. También necesitan un sustituto que les brinde seguridad, ya que la pérdida de la persona querida amenaza esta seguridad. No obstante, en otros casos, no parece haber un intento de búsqueda de sustituto, presentándose conductas autodestructivas en un aparente intento de reunión con la persona perdida, sin mostrar signos de dolor por esta pérdida. La ancianidad presenta más dificultades para elaborar el duelo y tienden a reaccionar con manifestaciones somáticas.



LA LEYENDA DEL ENCUENTRO DE LOS TRES VIVOS Y LOS TRES MUERTOS

La leyenda del encuentro los tres vivos y los tres muertos refiere que tres jóvenes muy elegantes, que disfrutaban en los bosques de la cacería, se encuentran con tres cadáveres en diversos estados de descomposición. Se produce un diálogo en que los jóvenes expresan su sorpresa, desagrado y susto; los difuntos les aconsejan que rectifiquen su modo de vida y que ponderen la esencial transitoriedad y vulnerabilidad de la condición humana.


La leyenda era ampliamente conocida en el siglo XIII, especialmente en la zona del Mediterráneo. Se conservan alrededor de 60 versiones del relato. Alrededor de 1300 empezó a popularizarse como tema para dibujantes y pintores, encontrándose principalmente en los muros de las parroquias y en libros iluminados. Por ejemplo, en el devocionario de Robert de L’Isle elaborado alrededor de 1310, se ilustran los tres cadáveres, dos desnudos y uno con restos de mortaja.



Los tres vivos y los tres muertos. Según el salterio de Robert de l’Isle, adaptado de P. Binski: Medieval Death, Cornell University Press, Ithaca 1996.


El texto en verso cuenta que los tres vivos y los tres muertos son reyes. El primer vivo se sorprende de las tres sombras extrañas y roídas por gusanos. Le responde el primer muerto, advirtiéndole que sus ricos ropajes y posesiones no le hagan olvidar las leyes de Jesucristo. El segundo vivo reconoce que se ha entregado con exceso a los placeres y desea enmendar su vida. El segundo muerto expresa: lo que ustedes son, nosotros fuimos; lo que nosotros somos, ustedes serán. El tercer vivo se lamenta de por qué el hombre fue creado tan vil que tenga una vida tan breve y tan grandes placeres. El tercer muerto recuerda que él fue cabeza de una estirpe de reyes y nobles y se regocijaba en su poder; pero ahora está tan repugnante y desnudo que aun los gusanos lo desdeñan.


DUELO


Etimológicamente duelo viene del latín dolus que significa dolor. Es la respuesta a una pérdida o separación; es decir, un proceso de adaptación que conlleva mucho dolor y sufrimiento pero que abre la posibilidad subjetiva de reanudar vínculos. La pérdida de un ser querido y el modo en que sucede repercute y condiciona las reacciones de los supervivientes, generando estados nuevos e intensos sentimientos subjetivos.


Sigmund Freud en su texto de 1915 (Duelo y Melancolía) introdujo el término de duelo para referirse a un afecto normal que se presenta en los seres humanos como "reacción frente a la pérdida de una persona amada o de una abstracción que haga sus veces, como la patria, la libertad, un ideal, etc. En este sentido el duelo no solo se presentaría frente a la muerte de un ser querido, sino también con relación a situaciones que impliquen la evidencia para el sujeto de una falta, o de algo que ha de dejar atrás y que no volverá a recuperar, pero que deja siempre un recuerdo”. Esta definición corresponde a lo que hoy conocemos como duelo normal, sin embargo existe una forma particular de vivir el duelo que S. Freud llamó melancolía, en este caso el deudo se siente empobrecido y la pérdida es experimentada en el propio Yo.

William-Adolphe Bouguereau (1825-1905)
The Day of the Dead (1859)



En términos generales durante el proceso del duelo se describen una multiplicidad de sentimientos, cogniciones y conductas más o menos típicas. Entre los sentimientos que se expresan durante duelo están: tristeza, rabia, culpa y auto reproche, ansiedad, soledad, fatiga, apatía, indiferencia, impotencia, anhelo, liberación, alivio, insensibilidad, etc. Las conductas más comunes que adquiere la persona son trastornos del sueño, comer demasiado o demasiado poco, anda continuamente distraído, se genera un aislamiento social, comienza a soñar con la persona perdida, evita los recuerdos, comienza a buscar y llamar en voz alta, suspira continuamente, hiperactividad, llanto, se visitan de lugares significativos y se realiza un atesoramiento de objetos relacionados con el desaparecido.


Entre los factores que determinan el proceso de elaboración del duelo se señalan: personalidad del doliente, relación con el difunto y los duelos previos, tipo de muerte, edad del difunto y contexto. La duración e intensidad del duelo van a depender de las condiciones que rodearon a la muerte, es decir si ha sido una muerte más o menos inesperada:


·Si la muerte es repentina, el shock y la negación perdurarán más tiempo.
·Si la muerte es esperable o inevitable el duelo puede darse desde tiempo antes de que ésta se produzca y culminar cuando se produce efectivamente la muerte, (duelo anticipatorio).



FASES DEL DUELO




John Bowlby (26 de febrero 1907, Londres - 2 de septiembre, 1990) fue un psicoanalista inglés, notable por su interés en el desarrollo infantil y sus pioneros trabajos sobre la teoría del apego. John Bowlby realiza una clasificación que ordena el proceso del duelo, distinguiendo cuatro fases:

1.- Fase de embotamiento de la sensibilidad.

Comienza cuando se muere el familiar y se prolonga desde algunas horas hasta una semana. Los deudos se sienten aturdidos e incapaces de aceptar la realidad. Suelen continuar con sus actividades cotidianas en forma casi automática, como si la muerte no fuera una realidad, como si fuera un sueño. En esta etapa aparecen episodios de rabia y dolor muy intensos.


2.- Fase de anhelo y búsqueda de la figura perdida.

Comienza algunas horas o días después de la muerte y suele durar algunos meses e incluso un año. En la medida en que comienza a aparecer la realidad de la pérdida, surgen pensamientos obsesivos respecto a la figura perdida (se le confunde en la calle, se le sueña como si estuviera viva, etc.). Aún cuando la persona sabe racionalmente que su ser querido ha muerto, experimenta un fuerte impulso a tratar de encontrarlo y a la vez de olvidarlo. En esta fase, entonces, se mezclan el dolor, la rabia, la búsqueda inquieta y la ingratitud hacia quienes brindan ayuda. Todos estos sentimientos expresan la imperiosa necesidad de encontrar y recuperar a la persona perdida.


3.- Fase de desorganización y desesperanza

Algún tiempo después de la pérdida, al imponerse la noción de la realidad, se intensifican los sentimientos de desesperanza y soledad, la persona acepta finalmente la muerte y cae inevitablemente en una etapa de depresión y apatía.


4.- Fase de reorganización.

Esta última fase se inicia aproximadamente luego de un año de ocurrida la pérdida. El deudo se encuentra en condición de aceptar la nueva situación y es capaz de redefinirse a sí mismo y al nuevo contexto, el cual no incluye a la persona perdida. Esta redefinición de sí mismo es tan penosa como determinante, ya que significa renunciar definitivamente a toda esperanza de recuperar a la persona perdida y volver a la situación previa. Hasta que no se logra esta nueva definición, no pueden hacerse planes a futuro.

Multimedia

A giraffe gets stuck in quicksand....


No hay comentarios: